Una nueva etapa que llega. Existe el miedo que siempre tenemos al cerrar una puerta, pero también las ganas de abrir otra. Dijeron que luchara por lo que quería y parece ser que lo he conseguido, tantas piedras en el camino y tan pocas caídas. Nunca fue suficiente lo conseguido, siempre se buscaba más perfección. Y así hasta ahora. Toca levantar el vuelo, los pies del suelo, crecer. Cual Peter Pan tengo un pánico horrible a eso de hacerme mayor, pues las ilusiones infantiles son las que siempre se deben mantener. Y da igual el entorno, las circunstancias y demás, nada puede obligarte a crecer. Al fin y al cabo, vivimos de eso, de ilusiones y solo se alimentan de la felicidad. Pero, ¿qué es la felicidad? Tengo la firme teoría de que solo se consigue rodeándose de gente que realmente importa, a la que realmente importas. Felicidad son momentos que nos dan la vida y las ganas de seguir, de poder con todo. No es tener siempre una sonrisa en la cara, sino contar con quien sepa encontrar risas entre lágrimas. Es acostarte una noche y pensar "Que afortunada soy de tener todo lo que tengo". Es levantarse cada mañana y saber que pase lo que pase, estarán ahí. ¿Alguna vez habéis visto a alguien que sea feliz sin contar con apoyo, confianza o cariño? Esa es la clave. La clave es saber conservar en tu vida a las personas que te aportan cada gramo de felicidad para hacer de tus días algo grande. Y yo, yo tengo a los mejores. ¡Bienvenida, nueva vida!
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