Llega el momento en el que ves que tienes que parar. Notas que estas perdiendo demasiado por seguir a su lado. Llevas luchando por algo sin recompensa mucho tiempo, ¿te das cuenta? Has dejado que lo más mínimo te haga feliz hasta el punto de que te conformabas con la nada. De cada diez palabras once mentiras. De cada metro dos gramos de odio. Cada canción un recuerdo, cada recuerdo una lágrima. Te has encerrado en un círculo del que será difícil salir. Ya ni la música, ya ni las sonrisas. Un día existieron de verdad, ¿te acuerdas? Sabías reír como nadie lo ha hecho, te convertiste en quien nunca habías querido ser. Estás aquí, dependiendo de alguien que no depende de ti. Prometiste ser independiente, fuerte, valiente. Prometiste demostrar todos los principios que un día te habían inculcado. Es hora de convertir los susurros en su oído en suspiros al aire. Las lágrimas por él en sonrisas fingidas. Finge, finge al menos que estás bien. Algún día será cierto. Pero ahora, ahora más que nunca, me niego a ver una sola lágrima cayendo de tus ojos por alguien que jamás te ha merecido. No dejes que digan que te quieren si sabes que es mentira, no sufras por algo que nunca fue verdad. Convertiremos sueños en olvido. Nadie daña a quien quiere, nadie echa de menos sin echar algún día de más. No hay días grises sin días claros. Recuerda que tienes que tocar el fondo para saber saborear el cielo. A veces es necesario pasar página a tiempo, a veces necesitamos cerrar libros sin haber leído el final. Piénsalo, las películas no siempre tienen un final feliz. A veces, solo a veces, lo que viste como el protagonista solo era el camino hacía él. Duele la palabra olvido, pero más duele la palabra perdonar y siempre has sabido hacerlo. Demasiada grandeza como para que alguien pueda con ella. Siente, siente todo lo que un día te impidieron sentir. Siéntete libre, siéntete tú.
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