martes, 2 de septiembre de 2014

Hola, futuro.

Una nueva etapa que llega. Existe el miedo que siempre tenemos al cerrar una puerta, pero también las ganas de abrir otra. Dijeron que luchara por lo que quería y parece ser que lo he conseguido, tantas piedras en el camino y tan pocas caídas. Nunca fue suficiente lo conseguido, siempre se buscaba más perfección. Y así hasta ahora. Toca levantar el vuelo, los pies del suelo, crecer. Cual Peter Pan tengo un pánico horrible a eso de hacerme mayor, pues las ilusiones infantiles son las que siempre se deben mantener. Y da igual el entorno, las circunstancias y demás, nada puede obligarte a crecer. Al fin y al cabo, vivimos de eso, de ilusiones y solo se alimentan de la felicidad. Pero, ¿qué es la felicidad? Tengo la firme teoría de que solo se consigue rodeándose de gente que realmente importa, a la que realmente importas. Felicidad son momentos que nos dan la vida y las ganas de seguir, de poder con todo. No es tener siempre una sonrisa en la cara, sino contar con quien sepa encontrar risas entre lágrimas. Es acostarte una noche y pensar "Que afortunada soy de tener todo lo que tengo". Es levantarse cada mañana y saber que pase lo que pase, estarán ahí. ¿Alguna vez habéis visto a alguien que sea feliz sin contar con apoyo, confianza o cariño? Esa es la clave. La clave es saber conservar en tu vida a las personas que te aportan cada gramo de felicidad para hacer de tus días algo grande. Y yo, yo tengo a los mejores. ¡Bienvenida, nueva vida!

viernes, 4 de julio de 2014

Mira la vida como vuelve y te sorprende.

Soy de esas personas propensas a dar demasiadas vueltas a todo, a marearse a sí misma por hacer girar mil y una veces la misma idea en la cabeza. Si una persona te hace daño, se olvida, lo tengo claro. Si te lo hacen cien, también. Olvidas a esa personas personas, los recuerdos, incluso lo que te hacían o no sentir. Pero probablemente, tú dejas de ser el mismo. Cuando sufres algo en ti cambia. Y puede que de ahí venga mi falta de confianza. Mi miedo y todas mis inseguridades. Si un día lo pasé mal tuvo que reflejarse en el futuro, y aquí estoy. Soy de esas que estaría dispuesta a comerse el mundo en solitario, pero cuando se aferra a alguien lo pasa mal. Lo paso mal por miedo a coger demasiado cariño y que se vayan, como ha pasado otras veces. Lo paso mal porque mi punto de vista es que cualquier persona puede irse por lo más mínimo, que quien llega rápido, rápido se va. Lo paso mal porque no quiero verme sola después de estar enganchada a una vida acompañada. Aunque sé que sería capaz, sé que no dependo de nadie, y sé que podría sonreír pasara lo que pasase. Desde esta zona entonces, se ve todo diferente. Y te empeñas en mantener a aquellas pocas personas que nunca te han fallado, en alejar a todo el que te hizo mal y en no dejar a nadie traspasar de nuevo esa puerta; esa que lleva a que vuelvas a sentir. Y con sentir me refiero a cualquier mínima muestra de aprecio, y sobretodo, de amistad. Ves la solución en cerrarte en banda y quedarte solo con los que están y estuvieron a tu lado.
Pero entre tanta construcción de murallas que te separe del mundo, llega alguien que se cuela. No sabes como ha entrado pero ahí está. Y cuando quieres darte cuenta ya es parte de lo más profundo de ti. Ni siquiera sabes como ha conseguido llegar, pero ya es esencial. Porque no te imaginas de que serviría tanta muralla sin él dentro. No te imaginas como era antes, y no quieres imaginar como será en un futuro si él se va. Entonces te das cuenta de que lo has vuelto a hacer, que has vuelto a engancharte a una amistad que, aunque duela reconocerlo así, ni siquiera sabes si se quedará. Piénsalo, si no sabes por donde entró, puede volver a salir perfectamente. Entonces te aferras al valor de las palabras, de sus palabras. Porque ya no te queda otra. No quieres que nada cambie, porque te das cuenta de que el verdadero cambio lo trajo a tu vida su amistad. Que antes solo intentabas convertirte en un ser al que no pudieran hacer daño. Pero dime, ¿de qué sirve no sufrir si no vas a tener con quién disfrutar? Es cierto, soy una persona con la capacidad de ser independiente, pero no me apetece llevarlo a la práctica. Quiero mis cuatro paredes bien altas, sin dejar a nadie el paso, ni la salida. Quiero que los que están se mantengan. Y ya no quiero saber si las cosas irían bien o no sin él, porque me ha ayudado a volver a confiar. Que término tan amplio la confianza. No exagero si digo que me ha ayudado a confiar en mí misma y mis posibilidades cuando las cosas se torcían. Si digo que también lo ha hecho con la amistad, que me la juego por la suya, cueste lo que cueste. Si digo que me ayuda a ver las cosas de otra forma cuando mi propia vista se nubla. Él me hace ver que no todo es tan grave, nunca me ha fallado cuando he necesitado reírme, y sobretodo, cuenta conmigo. Y yo, sinceramente, daría lo que fuese por verlo sonreír. ¡Ay pequeño, que grande puedes llegar a ser! 

domingo, 4 de mayo de 2014

Little sister.

Odio todo aquello que implica permanencia u obligaciones. Por eso me limito a no creer en la palabra 'amistad'. Me aterra la posibilidad de fallar a alguien, de tener algo que cumplir. Pero, ¿qué me decís de esas personas que acceden a tu corazón? En el mío caben pocas, las contaría con los dedos de una mano. Porque son enormes, y ocupan tanto espacio que no caben más. Ahí está ella. 'La que alegra y endulza mi cara, la que aguanta mis malos humores y encima de todo se calla'. No la cambiaría por nada del mundo, y creo que lo sabe. Es más que una amiga, llamarla así sería infravalorarla. Por eso suelo llamarla hermana. Al fin y al cabo, ¿qué es sino? No exagero si digo que tiene la capacidad de alegrar los peores días, que gran parte de mi felicidad depende de ella. De que su mano siga aquí, como hace un año, agarrándome con más fuerza con el paso de cada mes. Y es que esto se ha hecho indestructible. No he conocido jamás una persona como ella, que lo de todo por verte sonreír. Es esa que te entiende ante todo, que no te juzga, solo te apoya. La debo mundos, y espero que sea consciente de ello. 'Regalo del cielo prometo cuidar'. Y es que aquí estamos, en las buenas, en las malas y en las peores. No existe día malo si lo pasas a su lado, y la verdad es que pagaría por repetir cada momento. Pero son irrepetibles. Jamás la llegaréis a la suela, ninguno. Os da mil vueltas, y eso es así.

lunes, 14 de abril de 2014

Love.

Dicen que las cosas pasan cuando menos las esperas, y así es. Llegó cuando creía ser feliz para demostrarme lo que era la verdadera felicidad. Cuando pensaba no necesitar nada más para enseñarme que todo lo que me faltaba era él. Que no se puede acceder, decía, pero un día todo cambia. Reconstruyó mis mil pedazos rompiendo mis esquemas. Y ahora se ve todo de otro color, o desde otra altura. Desde las nubes. Claro que vivía sin él, pero la vida es mucho más bonita de su mano. Lo ha cambiado todo, incluso a mí. Conozco el valor, incluso sonrisas nuevas. Esas que solo me salen cuando está a un centímetro de mí. He aprendido lo que son las mariposas en el estómago, y la luz en sus ojos. Me desconciertan tanto... sus ojos, digo. Y es que me pierdo, puedo pasar horas mirándolos sin pestañear. Pensar en el color exacto y no encontrarlo. Puede que porque me niego a hacerlo, puede que porque me encante vacilar sobre si son de un color exacto o no. Me gusta tanto todo lo que gira a nuestro alrededor. Él. Él y yo. El recorrido de sus manos por mi espalda, o el sabor de sus labios en mi boca. El calor de cada abrazo, su risa con la mía. Suena tan bien, suenan tan bonitas sus carcajadas. Puede que todo se magnifique cuando sientes más de lo que antes habías sentido, pero es tan bonita la sensación de ser especial porque él lo piensa. No cambiaría todo esto por nada , ¿o acaso alguien iría a pie después de aprender a volar? 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Lo que no fuimos.

Hoy te echo de menos. No me haces falta, no es eso. Es el recuerdo de todo lo que nunca llegamos a ser. Es acordarse de la inmadurez que nos invadía, del tiempo que perdimos. De las discusiones y las sonrisas. La verdad es que fuiste una pieza importante. Siempre te dije que pisabas fuerte, y dejaste huella. Eramos más que amigos, pero menos que más. Nadie sabía que pasaba, pero todos opinaban de nosotros. ¿Nosotros? Jamás llegó a crearse un nosotros, y probablemente, eso sea lo que hoy me mantiene así. Arriesgarse era demasiado peligroso, pero ¿cómo no nos dimos cuenta de que no hacerlo lo era aún más? Pensamos que esto podría quedarse así, siempre. Y ya ves como no. Esa delgada línea que separaba tus sonrisas de las nuestras. Era especial, lo decías. ¿Y sabes? Lo fui. Por primera vez en mi vida lo fui, por ti. Me hiciste crecer, sé que maduré a tu lado sin tenerte cerca. Casualidades que marcan. Esas llamadas pérdidas que sólo eran un "Estaba pensando en ti". Podríamos haber sido tanto... Y así nos quedamos, en vacío. Un día por enfado, al otro por orgullo, el siguiente puede que fuese cosa de estar ocupado y al otro...al otro ya no nos acordábamos de la existencia del otro. Rehiciste, rehíce. Pasamos la página a la vez, y puede que eso fuese lo que lo hizo fácil, que hasta el seguir adelante lo hicimos juntos. Quedarme sin ti, quedarte sin mí. Es increíble como, sin darte cuenta, desaparece una persona de tu vida. Pero más aún si esa persona llevaba a su espalda años y momentos contigo. Aún recuerdo la primera caricia, y el último abrazo. Pero no consigo recordar como sonaba tu voz, ni a que olían tus sudaderas. Supongo que es el paso del tiempo, supongo que sí, que la distancia pudo con nosotros. Y así seguimos, antes tan cerca estando tan lejos, y ahora tan lejos de estar cerca.