martes, 27 de diciembre de 2011

Felicidades, mamá.

El día de los Inocentes de hace un tiempo, nació la mujer más bonita que este mundo a podido dar. Y no exagero, lo es. Es la mejor, además. La mejor de todas. La más fuerte, la más valiente. Sinceramente, tengo una madre que ni siquiera me merezco. Es perfecta, de verdad. Como todo el mundo podemos discutir miles de veces, pero es algo que forma parte de mi rutina, sin lo que no sería yo. Es más, si algo tengo claro, es que todo lo que hace, lo hace por mi bien, por mucho que la rechiste. Y es que la debo mucho, tanto que nunca la podré devolver. A parte de mi madre, es mi amiga. Nadie se puede hacer una ligera idea de lo especial que es, que tu propia madre sea quien te puede hacer reír en los peores momentos. Porque en ocasiones, es la única, y cuando digo única es única, persona que puede conseguirlo. Me entiende, me entiende a pesar de todo lo que hago mal, me intenta aconsejar aunque no la haga caso, pero siempre podrá decir "te lo dije". Me apoya, cuando el resto no lo hace, ella si. Porque aunque piense que lo he hecho mal, y sienta la necesidad de decírmelo para que aprenda, siempre, tendrá una palabra bonita para tranquilizarme. Yo, sin ella, no soy nada. Sin sus conversaciones esas que no cambiaría por nada del mundo; sin sus abrazos, esos a los que me pregunta que me pasa, & la respondo "nada, tenía ganas" aunque se me este cayendo el mundo. Porque siempre estará, haga las cosas mal o bien. La tengo que agradecer ser como soy, me considero una persona bastante madura, y si es así, es por ella. Es quien me ayuda a seguir adelante, quien me impulsa hacía el futuro. Quien hace que siga luchando por lo que quiero, porque algún día me daré cuenta de que hice bien. Me encanta llegar a ella con una sonrisa y contarle cualquiera de mis cosas, por increíble que parezca, porque me gusta contarle todo. Por esa misma razón puedo seguir adelante. Aunque no se de cuenta, su opinión es de las que mas tengo en cuenta, de las que más me importan. Es que es la mejor, de verdad. Cuando digo "la mejor madre del mundo" no me equivoco, porque ella es especial, no como el resto, y todos lo saben. Gracias, mamá.

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