miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lágrimas llenas de silencios vacíos.

Con el paso del tiempo nos han enseñado que llorar esta mal, no conozco nada más alejado de la realidad. Lo tratamos como un sentimiento negativo, sin darnos cuenta que esas lagrimitas no son más que el silencio vacío acumulado en nuestro interior. Es una forma de desahogarse, de dejar todo a un lado, o al menos, de mostrarlo. Por dejar caer esas gotitas saladas por tus mejillas no eres menos fuerte, simplemente, más valiente. Igual que las sonrisas no siempre son buenas, las lágrimas no siempre son malas. ¿Quien no ha llorado alguna vez de felicidad? Ese momento si que lo vivimos bien, con una sonrisa, nos sentimos incluso extraños por llegar a tan alto estado de bienestar, & sin embargo, cuando lloramos porque todo se acumula, o solo hay una razón, ni siquiera somos capaces de ver lo que esta pasando. De darnos cuenta, mirando a nuestro al rededor, de que todo lo que estamos perdiendo, o añoramos, que todos los motivos por los que sufrimos, no tienen porque hacernos sentir mal, & mucho menos, amargar. Vivimos en una sociedad en la que es cierto, que no hay cosa más triste que un recuerdo feliz, pero porque dejamos que todos los momentos se conviertan en recuerdos. Limitémonos a no acabarlos, a seguir al lado de la gente que de verdad queremos construyendo nuevos instantes de los que acordarse algún día con nuestros hijos, & cuando les veamos llorar, en vez de preguntar que pasa, abrazarlos sin más, porque probablemente, llegue el momento, en el que siquiera haya motivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario