lunes, 14 de octubre de 2013

Números.

Basamos nuestra vida en números, desde el primer día. Quedamos registrados con una fecha al lado de nuestro nombre. Y año tras año lo celebramos, un cumpleaños tras otro, y así. Nos enseñan desde pequeñitos a tener un 'número de la suerte' que con el paso del tiempo descubres que no te ha dado suerte nunca, pero bueno, ahí lo tenías por si alguien te hacía la pregunta. El mío recuerdo que era el siete. Están continuamente midiéndonos, pesándonos, desde que somos bebés. Un número y otro, y otro y otro. Llega el momento de aprenderte el número de teléfono de mamá, lo cuál es todo un reto, pero tu te lo aprendes porque te sientes mayor e importante por ello. Y ahí tienes otros nueve dígitos importantes en tu día a día, a los que luego tendrás que sumarle los de papá, y probablemente el de una abuela o un tío. Por si acaso. Las notas en el colegio las califican del uno al diez porque no, no basta con poner suficiente o notable, es mejor aclararlo con números. Somos marcados inconscientemente por la fecha en que esas personas se fueron. También solemos recordar la cantidad de discos que tiene nuestro ídolo y el número de cada una de las canciones favoritas de sus discos. Y todo esto sin contar tu talla en la ropa o tu número de pie. ¿Ves? Los números nos rodean. Tanto que  cuando llegamos a la adolescencia nos da por tener un número con esa persona que es importante. Marcar un principio. Todo el mundo marca el comienzo de algo con una fecha, eso los hace especiales. Tienen su propio número y con ello algo que celebrar. Pero es que ¿sabes?  Mi número de la suerte se ha convertido en el 13, no sé ni mi peso ni mi estatura. Ni siquiera me sé mi número de teléfono. He aprendido con el tiempo a redondear las notas en una palabra, porque las décimas y esas chorradas no sirven para nada. Me da miedo recordar ciertas fechas. Y tengo que pararme a pensar mucho si quiero recordar cuantos discos tiene mi ídolo. Aprendí a medir mi talla en letras y mi número de pie depende del calzado. Pero, ¿en serio todos esos idiotas se piensan que te quiero menos por no recordar el día que te conocí? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario