domingo, 19 de enero de 2014

Gracias, tú.

Hoy escribo para ti, y bueno, también por ti. Por el apoyo, por las sonrisas. Me cuesta tanto confiar en la gente y es tan fácil en alguien como tú. Fan incondicional de las personas que aparecen un día en tu vida y la cambian, por ello, fan incondicional de ti. La palabra amistad es horrible, odio tanto creer en ella... Conlleva a fracasos, a lágrimas, a decepciones; a finales. Pero un día aparece alguien que te hace creer. Te hace creer en el mundo, incluso en ti mismo. Y dime, ¿si eso no es un amigo, qué es? No tengo palabras suficientes, ni siquiera creo que existan. Creo que la correcta es gracias. Ni más ni menos. Por aparecer, por ser parte de mi vida a día de hoy. Podría dártelas por mil cosas más, pero todo eso ya lo sabes. Cada sonrisa y cada carcajada. Por hacerme reír cuando el mundo se cae. Por animarme a seguir, a escribir; por creer en mí. Por entenderme, o al menos intentarlo. Por llevarme la contraria más de una vez y con ello, hacerme entrar en razón. Me apuesto lo que sea a que la mitad de las palabras que valoro de ti, ni siquiera sabes lo que me ayudan a continuar. Pero de verdad, te debo bastante. Dicho todo esto, sólo espero que las épocas en las que menos hablamos, se conviertan en días llenos de palabras, de consejos, de apoyo por parte de ambos, que te dejes ayudar como tu haces conmigo. Espero que esto se haga grande con el tiempo, y que estos meses solo sean una mínima parte de todo lo que queda. Te recuerdo que, si algún día llego a algo, habrás sido una pequeña... pequeña no, una gran parte del camino. Gracias, de verdad. 

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